Pobre brujo de la aldea está de mal humor,
le dolieron las palabras del predicador.
Oh-e-o-e-oh, el predicador.
Oh-e-o-ae-o, sólo habló de amor.
Los nativos de la aldea oyen del amor,
que Jesús bajo del cielo como Salvador.
Oh-e-o-e-oh, porque Jesús murió.
Oh-e-o-ae-o, y resucitó.
El brujo no entiende, no quiere creer,
pero su danza no tiene poder.
Imágenes mudas, brebajes de olor,
pero no calla el predicador.
Dios bendito ven, desciende y tócale, no tardes Señor.
Dios bendito ven, desciende y llámale, clama el predicador.
Oh-e-o-e-oh, Oh-e-o-ae-o.
En su choza una noche el brujo despertó,
se quedó más que asombrado por lo que soñó.
Oh-e-o-e-oh, el Señor le habló.
Oh-e-o-ae-o, el Señor le habló.
Dos siluetas en la jungla, hacen oración,
y en el cielo se hace fiesta, Dios le perdonó.
Oh-e-o-e-oh, porque Jesús murió.
Oh-e-o-ae-o, y resucitó.
El brujo no es brujo, ya no quiere danzar,
todos los ritos quedaron atrás.
El brujo no es brujo, ya no quiere callar,
cada mañana, le gusta cantar.
Dios bendito ven...